Siempre hay una oportunidad

Corra el ao 2006 cuando inesperadamente mi vida cambia, con 32 aos, dos preciosas hijas, felizmente casada, recibo el diagnstico de cncer de mama, grado III/III, por un momento sent un fri inmenso, cre entrar en pnico, llore profundamente, me aferre a la vida por mis hijas, pero saba lo que poda pasar, mi vida estaba en las manos de Dios, camin con l viviendo un da a la vez. Cursando mi segunda carrera universitaria, con todas las ganas de hacer muchas cosas, tuve que detenerme para atender un intruso, todo pareca difcil, sin embargo, Dios lo hizo fcil, aprend que si puede tener paz en medio de la tormenta, que aunque ande en valles de sombra y de muerte no temer mal alguno porque Dios est conmigo.