Repensando la fe

La encomienda que Pedro dio a las comunidades de la Iglesia Primitiva de "estar prestos a dar razn de la esperanza cristiana a todo aquel que la reclame" (I Pe 3:15) es hoy apremiante. Se ha dicho que los hijos e hijas de la Modernidad occidental ya no asumirn como vinculante nada que no venga revestido del ropaje de la razn (Habermas). Pues bien, hay que subrayar que la fe cristiana cuenta con un "logos" explicativo interno que la hace digna de crdito. Los problemas actuales de la verdad, el valor, la sociedad y la religin corren el riesgo de ser abandonados por la mentalidad imperante que se ha desentendido de la bsqueda de la verdad, de la prctica del bien, del proyecto de una sociedad mejor y de la relacin con Dios y el mundo trascendente. No es casual que inmediatamente despus de este descargo, la conciencia secular actual se hunda en un nuevo pesimismo y en un desnimo en lo tocante a la "vida buena". La fe cristiana tiene una importante leccin que dar al respecto y urge que su voz sea escuchada; aunque mejor aun que con el lenguaje riguroso de la razn moderna, debe hacerlo mediante los "silbos amorosos" del Buen Pastor.