Estatuto de las premisas de la argumentacion filosofica

William James se quejaba de la eterna tendencia de los filsofos a intentar comenzar sus propios sistemas desde cero -como si toda idea anterior hubiese sido un error- en los siguientes trminos: "En la filosofa la tendencia absoluta ha hecho lo que ha querido. De hecho, la suerte de felicidad caracterstica a que las filosofas dan lugar ha consistido principalmente en la conviccin sentida por cada escuela o sistema sucesivo que a travs de ella se ha adquirido la certeza fundamental. "Otras filosofas son colecciones de opiniones, en su mayora falsas, mi filosofa proporciona las bases firmes para siempre"; quin no reconoce en esto la clave de todo sistema digno de tal nombre? Un sistema, para ser un sistema cabal, debe presentarse como un sistema cerrado, reversible en este o aquel detalle, si acaso, pero nunca en sus caractersticas esenciales!" Esta observacin apunta a un problema tremendamente importante para la filosofa pero que, curiosamente, se las ha arreglado para permanecer en un relativo olvido: el problema de la lucha de sistemas filosficos.